30.5.10

der Führer hat recht



Esto me va a traer problemas con el CC, pero la verdad es la verdad...



Tiene razón.

18.5.10

Los perseguidos, los independientes, y Magdy


Los perseguidos



Bueno, ya sabemos que un valiente grupo de periodistas ferozmente perseguidos por el poder fue recibido en el senado. Semejante acto de valentía no se veía desde que una delegación de judíos hizo oír su voz frente a Hitler en la mismísima Cancillería del Reich ¿Acaso Rodolfo Walsh fue a plantarle cara a los jerarcas de la dictadura en la Casa Rosada? ¡Já, qué va a plantar! Ese mandaba cartitas nada más. Estos periodistas en cambio se la juegan y van directamente a la boca del lobo. Todavía no sé cómo es que salieron vivos.

Y también sabemos la causa: unos afiches de gusto deplorable que tenían el tupé de decir la verdad. Lavadita, pero la verdad ¿A quién se le ocurre?

Independencia

Pero no tengo ganas de hablar de esto. Más bien me llamó la atención el uso del concepto "periodismo independiente". Se repitió tanto, tanto, que en un momento salí del trance causado por el mantra y me pregunté: ¿Qué corno es ser "independiente"?

Luego de mucho exprimir mi sesera llegué a una conclusión: efectivamente se trata de periodistas independientes.

Y me remito a las pruebas: algunos de ellos departieron amablemente con Videla, luego apoyaron a Galtieri, más tarde alabaron a Alfonsín, felicitaron a Mendes (no, no Sam Mendes), aplaudieron a Duhalde, sostuvieron a Chupetín de la Púa... Vamos, ¿qué más independencia quieren?

Porque "independiente" se puede ser de muchas cosas, y yo estoy seguro que ellos están firmemente convencidos de ser independientes. Dispuestos a cantar las loas de quien les llene convenientemente los bolsillos, proclaman esa que es su independencia. Independencia de todo valor, de toda ética, de toda honestidad; eso es también una independencia.

En cambio un periodista –por extensión, un individuo cualquiera– atado a una escala de valores, sujeto a la honestidad, adepto a una ideología o una visión del mundo que cree justa, ese no es nada "independiente" sino un fanático peligroso, un inexplicable loquito que no merece otra cosa que hostil desconfianza. Lo lógico, lo normal, es ser independiente, libre de esos molestos lastres.

Con sincera perplejidad ellos se preguntan qué tendrá en la cabeza un Rodolfo Walsh; qué extraño sortilegio (lavado de cerebro marxista, absolutos febriles) lleva a un tipo a abandonar la comodidad del dinero que se obtiene de una forma tan fácil como abrir la boca o deslizar la pluma para enaltecer a quien se debe, callar lo prohibido y decir simplemente lo conveniente. Bueno, tampoco tan fácil porque es un trabajo duro: la competencia es enorme. Pero vamos, es siempre más lógico decir "yo laburo de esto"; "esto" es para ellos periodismo: decir lo que se les indica.

Porque a poco que reflexionemos, la tal independencia no existe. Toda independencia (toda libertad, me atrevo a un concepto más extenso) de una cosa implica férrea sujeción a otra. El asunto es cuál y cuál. La independencia tiene su precio, la de ellos también, no se crean. Miren esas facciones descompuestas y verán las angustias de quien debe esforzarse mucho en complacer al amo. Es así como Néstor Kirchner es Hitler, Cristina Fernández de Kirchner está demente y así todo sirve ¿Que es mentira? Pero caramba ¿y eso le importa a quién, si al fin y al cabo somos saludablemente independientes?

International Magdy

Y hablando de facciones descompuestas (es que realmente parece que a esas caras las pisó un desfile) merece un comentario esta mujer, modelo del chic subde que imita ese acento gangoso de gran prestigio en algunos barrios decrépitos.

Retrocedamos a 1990; empezaba una de las décadas más chatas, angustiantes y de peor gusto en nuestras vidas. Cumbia bailada por rubias taradas, la grosería hecha norma y una chillona podredumbre eran el marco adecuado para una Argentina gobernada por la mafia sin intermediarios.

Surgía adecuadamente la revista Noticias Falsas, dirigida a la tilinguería de bolsillitos apenas llenos que se vaciaban un poquito más para sentirse en el First World. Este manojo de papeles abrochados se presentaba como un símil de las "revistas internacionales" que –en un ataque de provincianismo frenético– copiaba y copia servilmente el diseño de Time.

En definitiva: la Argentina se convertía en un país, además de miserable, ridículo. Y esta mujer era la cara perfecta del pobrecito Banana Shopping nacional:*



Hoy ya resulta graciosa esa pomposa acumulación de menesterosas mersadas ("¡Como en el primer mundo...", que faltó agregar: "...pero en el culo del mismo!") y la de giles que las compraron; pero conviene no olvidar: hoy no es mucho mejor que ayer.

Y de toda esta miseria quiero rescatar una frase. Porque a veces una frase sirve para definir a la persona; y Magdy dijo una que más que pintarla, la fotografía:

"...Bueno, con toda la cosa así cultural y de entretenimiento que tienen por ejemplo las revistas internacionales..."

TODA

LA COSA

ASÍ

CULTURAL

Sic (sick).

Ay.

Todavía pudo decir "toda la cosa cultural", o "la cosa así cultural", pero no: la frase es perfecta. No es mal uso del lenguaje, no. Al contrario: es el lenguaje expresando con puntual detalle la más acabada postración moral, intelectual, estética y casi diría orgánica si no fuera porque el organismo se limita a durar.

¿Cómo extrañarse de que luego se viniera lo que se vino?

Yo no deseo que gente así muera, ni que desaparezca. Por otra parte ya es demasiado tarde. Sueño en cambio –si me permiten– con un mundo en el que gente así nunca haya existido.

Ambiciones descabelladas, ya sé.

Buenas tardes.

* El video está ofrecido originalmente en www.resisteunarchivo.blogspot.com, que recomiendo como excelente recopilación de material histórico - nostálgico, pero también político, que al final es todo lo mismo, vea...